Tuvimos una suerte mucha suerte, ya que es un barranco muy concurrido, y nosotros lo hicimos solos, por detrás venia un par de grupos pero bastante separados.
Además el día increíble, el sol apretaba y el caudal perfecto para desear estar todo el rato en el agua.
Empiezan los saltos, arriba Xavi, debajo Carlos.
Juan disfrutando de este maravilloso rápel
Laia luchando con el agua para cruzar la cascada.
Uno de los rapeles más guapos y con un buen caudal.
Carlos.
Xavi.
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